Pues bien, el autor de esta teoría sugiere lo siguiente: Si existieran dos T4 y entraran en conflicto entre ellas, ¿de qué manera (si es que esto puede ser posible, ya que técnicamente tendríamos un empate eterno) una prevalecería y la otra se anularía? De ahí viene la idea del universo corpóreo. Toda forma de vida tendría que ser corpórea. Nosotros, por ejemplo, nos vemos limitados por nuestros “filtros”. La realidad que percibimos es la realidad que nuestros filtros (los sentidos) nos permiten observar, sin embargo, no tenemos la garantía de que no nos están engañando. Las herramientas que creamos, las creamos en base a lo que observamos. Todo el conocimiento que poseemos, lo hemos construido en función de lo que hemos observado. En fin, todo se convierte en un círculo vicioso que dice claramente que no podemos salir de él. En otras palabras, una prisión perfecta.
El autor prosigue hablando sobre el ciclo de la reencarnación citado en muchas religiones. Se nace, se muere, se renace, se muere, se renace, se muere… y así por toda la eternidad. La conciencia pasando de un cuerpo a otro y a otro, y a otro… la conciencia en sí misma, sería inmortal. Ahora pasando a un nivel intergaláctico: ¿alguna vez has visto una civilización T4? Por supuesto que no. Una T4 puede ser algo parecido a un ladrillo o una bicicleta, ¿cómo lo sabrías si nunca las has visto? Y mucho menos tienes idea de cómo luce una. Entonces, nuestra conciencia podría ser un miembro de una civilización T4, atrapado en esta inmensa prisión llamada por nosotros Universo, completamente ignorante de su naturaleza y de la falsa realidad que habita. Esa sería la única forma en que una civilización T4 prevalecería sobre otra: capturándola en una prisión simulada y excluyendo/anulando/neutralizando completamente el conocimiento de la civilización T4 subyugada sobre su naturaleza, en un ciclo eterno y sin salida… o, casi sin salida. Entre nosotros, parece que alguien logró escapar… Siddhartha Gautama.
Ve que interesante: Buda a través de la meditación, descubrió la “Verdad “, rompió la rueda del karma y alcanzó el “Nirvana” (que significa “apagarse”), provocando que los continuos renacimientos terminaran. Después de extinguirse de esa realidad, la trascendencia concedió a Buda el poder de transformar la realidad de acuerdo a su voluntad, tal como una T4, teóricamente lo puede hacer. ¡Nada era imposible para Buda! Adoptando la teoría de este artículo y asumiendo que Buda realmente existió de la forma en que se describe en la historia, podemos crear la hipótesis de que la Verdad no se trata más que de descubrir cuál es nuestra naturaleza (o tal vez la forma de alcanzar esa naturaleza) y las directrices que retienen a la Conciencia en la prisión-realidad junto con todo aquello que genera sufrimiento. El amor es la forma principal de combate contra el sufrimiento y es lo único que la mayoría de las religiones predican. ¿Este sería el propósito de todos los Avatares que han pasado por aquí y nunca logramos entenderlos? Esto ya se está volviendo demasiado siniestro, mejor vamos a parar aquí antes de que nos “apaguemos”.
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