jueves, 12 de octubre de 2017

“La mayoría de los swingers son cristianos de clase alta”

• Naomi Harris publica libro de fotos sobre orgías norteamericanas.

POR EMILIO LEIGHTON V • FOTOS: NAOMI HARRIS



Naomi Harris acaba de publicar el photobook “America Swings”, publicado por el prestigioso sello Taschen, donde muestra cómo en 13 estados de Norteamérica el sexo en grupo es la moda imperante. La fotógrafa canadiense se encontró con la sorpresa de que la mayoría de los swingers son férreos cristianos que respetan a sus parejas, pagan impuestos y llevan a sus hijos al colegio. Acá habla con The Clinic, contando las censuras que ha recibido y mostrando cómo los swingers son solidarios con aquel que cae en desgracia.

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La canadiense Naomi Harris (Toronto, 1973) no tenía nada que hacer en casa y un amigo la invitó a una reunión entre swingers porque “los hombres no pueden ir solos”, según le explicó, y ella aceptó porque quería saber de primera mano qué pasaba realmente en esas orgías que sólo había visto en programas televisivos.

Cuando llegó al encuentro, vió que los swingers -o desinhibidos, si lo traducimos al chilensis-, comían sentados a la mesa un potente buffet, y luego pasaban, con guata llena, a montarse en un senda orgía. “Entonces me decidí. No hay nadie que haya fotografiado esto antes y voy a ser yo quien lo haga”, explicó Naomi Harris, quien tras cinco años de trabajo (2003-2008), 37 fiestas en campings, casas privadas y caravanas a lo largo de 13 estados de EEUU, publicó el photobook “America Swings”.


Muchos intelectuales llaman despectivamente a los swingers ‘rednecks’ (‘cuellos rojo’, campesinos blancos), por algunas fotos que muestran su lado más pueblerino. ¿Cuál es tu opinión?

-No apruebo que se les llame así. Puede ser que algunos lo sean, pero ese término es usado especialmente en forma despectiva para gente ignorante y sin educación del sur de los EEUU, y por lo que sé casi todos los swingers son gente muy educada de clase media para arriba.


Dices que la gente de los suburbios se aburre y por eso monta orgías. Es una buena forma de pasar el tiempo, ¿no crees?

-Tener sexo es un buen camino para gastar el tiempo libre, seguro, ¿por qué no? Si tú vives en un suburbio lejos de la gran ciudad o el centro y quieres encontrar una vía para gastar tiempo sin gastar mucho dinero, por supuesto que es la mejor opción.



¿Este libro de fotos desmonta el prejuicio de que los norteamericanos son mayoritariamente puritanos?

-Mi libro no muestra a nadie que rechace el sexo. Por el contrario, este foto-libro es una celebración de una práctica ‘undeground’ que muchos llaman ‘swinging’. Otros la llaman estilo de vida, pero al final es una práctica sexual consensuada fuera del matrimonio.


¿Por qué los políticos estadounidense tienen tanta fobia al sexo?

-En EEUU hay un miedo a discutir o conversar de sexo en forma abierta, un miedo especialmente impuesto por los políticos y líderes conservadores, que son los que empujan los valores familiares en EEUU. Es verdad que en EEUU son más renuentes a hablar de sexo que en Canadá o México, que son también parte de Norteamérica. Quizás esto es porque los cristianos son muy poderosos todavía en el gobierno americano, incluso con Obama de presidente.


TODOS CON TODOS


¿Cómo te ganaste la confianza de los swingers?

-Soy una persona muy simpática. Pongo atención en los sujetos y los escucho cuando me preguntan, y contesto con honestidad. No sólo fui, disparé y me fui. Intento ser parte del grupo. Esto lo practico en todos mis trabajos, no sólo con los swingers. Esta actitud me ayudó a fotografiar en Minnesota, Wisconsin, Iowa, Illinois, Nueva Jersey, Florida, Georgia, Luisiana, Texas, Colorado, Nevada y California, y también en Montreal, Canadá.



¿Cómo fue la sesión de fotos? ¿Dejaste que pasarán las cosas u ordenaste las escenas?

-Es una combinación de ambas formas. Mis retratos son una vuelta a la fotografía de comienzo de siglo, donde las personas no sólo sonríen, sino también miran a la cámara muy estoicos y orgullosos. Así es como quise ilustrar a los swingers. Quería que ellos no estuvieran avergonzados de lo que hacían, y que fueran felices de ser los portavoces de este estilo de vida. En ese sentido, las fotos de “America Swings” son más un reportaje, pues yo no establecí nada predeterminado. Fotografié, simplemente, lo que pasaba en las fiestas. Créeme que no hay manera de dirigir a estas personas en sus relaciones sexuales, se manejan solos.


¿Cuál es tu opinión del fenómeno swingers después de esta vivencia?

-El proyecto es una documentación de lo que pasa a puerta cerrada, y yo traté de hacer mi mejor disparo sin poner mi propia opinión en la actividad. Pienso y creo que sin internet habría un número mucho más pequeño de personas que entrarían al juego de ‘nadar’ entre swingers. La facilidad y la velocidad con que las que personas pueden comunicarse ha hecho este acto más instantáneo. Los swingers charlan por video internet con alguien y si no encuentran lo que quieren, ningún daño se ha hecho, se mueven en busca de otra persona.


¿Que tipo de personas asisten a estas reuniones?

-Los swingers tienden a ser caucásicos, promedian entre 30 y 50 años, son del centro de la clase media para arriba, y tienden a inclinarse políticamente a la derecha. Son educados mejor que el norteamericano medio. Asimismo, tienden a ser liberales generalmente en su actitud hacia el sexo, aunque muchos de ellos son de hogares cristianos religiosos.


¿Qué días se organizan las orgías?

-Las fiestas sexuales no tienen un calendario fijo, pero aprovechan los días festivos para reunirse. El día de Navidad no porque esa fecha es familiar. Pueden estar el sábado en una fiesta de este tipo y el domingo acudir a la iglesia. Para ellos no es pecado ni adulterio porque van con su mujer o su marido. No engañan a su pareja y la Biblia no lo prohíbe expresamente.


¿Muchas personas piensa que los swingers son degenerados?

-No son degenerados. Son personas ordinarias y regulares. Mi punto de vista es que en todos los aspectos ellos son como tú y yo. Tienen trabajos permanentes, contribuyen a la sociedad, llevan a sus niños al colegio, pagan impuestos, pero la única diferencia es que quieren tener relaciones sexuales con muchas personas. Pero no estafan ni mienten a su pareja porque hacen juntos el swinging.



En EEUU, ¿cómo ha sido recibido tu libro?

-El libro no ha sido publicado todavía en el comercio norteamericano general. Pero hay revistas que me han rechazado por esta serie, e incluso una vez contratada me han despedido al ver “America Swings”.


En Sudamérica, por ejemplo en Chile, también hay gente conservadora que reclama por una moral pura, pero al final son los más promiscuos.

-A fines del día todos somos sólo seres humanos. Lo que quiero decir es ¿por qué alguien critica a otros por razones morales? Por ejemplo, una persona puede criticar si nunca ha dado ayuda a un prójimo que tiene necesidad. ¿No es eso más importante que mantener el pene en sus pantalones?


¿Cómo ayudan los swingers?

-A menudo los swingers recaudan dinero para ayudar a pagar cuentas de salud y médicos a miembros de su comunidad que han caído enfermos. O recaudan dinero para escuelas en Jamaica; ayuda a los niños a tener textos escolares y lápices, etcétera. Muchos grupos de swingers me dijeron que tuvieron a un amigo que perdió su hogar en un incendio y que todos se juntaron cada fin de semana para ayudarlo a reconstruir su casa. ¿Cuántas personas pueden decir que sus amigos “normales” hacen eso? Muchos de los swingers son personas respetadas en la sociedad y tienen valores familiares fuertes.


¿Te gustaría hacer una gira de swingers en Chile?

-No, gracias, he visto demasiado sexo últimamente.

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AMERICAN SWINGS

Naomi Harris

Taschen, 2010, 256 páginas

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