Es justo lo que pasa con este grupo de los Yakuza (miembros de una legendaria y gigantesca organización criminal con sede en Japón) que se pasea por la ciudad de Tokio presumiendo las aberraciones que han hecho a sus costosos súper deportivos.
El director de fotografía Lucas Huxham creo un pequeño documental el año pasado que ofrece un vistazo a esta moda que vio sus orígenes con los Bosozoku, una subcultura de jóvenes japoneses asociada con las motocicletas personalizadas.
Por ejemplo, este Lamborghini cubierto de una especie de cromo iridiscente que bien asemeja a un Power Up durante una carrera en Midnight Club III.
Huxham tuvo contacto con un hombre llamado Morohoshi-san, que le hizo una invitación a filmar el cortometraje sobre el estilo de vida de la pandilla y sus vehículos personalizados. Decuerdo con Morohoshi-san, la forma de expresión no tiene relación con la emoción, pero sí con la acción de expresar quién es él. El resultado se puede ver a continuación.
Bien dicen que el dinero no proporciona clase ni estilo, hay un término para este tipo de tuning, le suelen llamar chunding
, aunque generalmente lo podemos ver en Tsurus, Vochos y las infaltables motos tepiteñas. Yo, la verdad, aguantaría pasar vergüenza con tal de meterle el pie a uno de esos. Pero mejor me callo, porque ya casi completo para la tira de LEDs que le instalaré a mi Topaz 88.
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