Foxconn es conocida por hacer los montajes de productos electrónicos, como el iPhone, el iPad y el Xbox 360. También tiene una reputación de ofrecer malas condiciones de trabajo para los trabajadores, que obedecen al fin de fabricar 57 millones de unidades de iPhones al año bajo los plazos estrictos impuestos por Apple – que, para el periodista, fue lo más llamativo de su experiencia.
En el primer día del periodista asistió a un proceso de selección definitiva, después de responder a un cuestionario sobre sus facultades mentales. Luego fue trasladado a la fábrica para iniciar el período de formación. Y su primera impresión no pudo ser peor: los dormitorios estaban sucios, olían mal y no proporcionaban una comodidad mínima para los trabajadores.
En el segundo día, todos los nuevos trabajadores tuvieron que firmar contratos poco después de tomar el desayuno en una cafetería llena de gente. Los documentos contenían disposiciones específicas relativas a la confidencialidad de la información adquirida en la fábrica, pero no abordaban temas tan importantes como las horas extraordinarias, los accidentes de trabajo o la salud del medio ambiente.
En el octavo día, los novatos fueron llevados finalmente a la línea de producción del iPhone 5. Al entrar en la zona, considerada de máxima seguridad, todos fueron registrados y pasados a través de detectores de metales. Al lugar no se les permitía llevar cualquier material metálico, ya fueran hebillas de cinturón, pendientes, y muchos otros dispositivos electrónicos como cámaras y teléfonos. Incluso el periodista dijo al diario que una vez un trabajador fue despedido porque había traído un cable USB a la línea de producción.
Con su habitual agresividad, los supervisores advirtieron a todos que, mientras estuvieran sentados en sus asientos, no podían hacer otra cosa que obedecer órdenes. La línea de producción a donde se asignó al periodista fue responsable de poner la películas protectoras en la entrada del conector de los auriculares del iPhone 5. Así, en el proceso de pintura, esta no entraría en los orificios. De acuerdo con el informe, todos dejaban de trabajar a las 23h y volvían a la media noche.
En un día, el agente encubierto y sus colegas se vieron obligados a pasar la noche marcando puntos de encaje en la placa del iPhone. Era común, en el proceso, que los supervisores gritaran a los trabajadores que ponian demasiada pintura en pequeños puntos, o aquellos que eran demasiado lentos. Esta tarea fue encomendada por lo general a las mujeres porque son más delicadas y tienen manos y dedos pequeños. Como muchas habían renunciado a la tarea, lo operadores hombres se encargaban de sustituirlas.
Las horas de trabajo fueron agotadoras, y los trabajadores ganaban sólo unos 4 dólares por cada dos horas adicionales, incluso en la madrugada. El estrés y la ira era tan grande que, en ausencia de los supervisores, los trabajadores golpeaban partes del iPhone contras las superficies y maldecían.
Según el diario, sólo 2 de los 36 trabajadores que ingresaron a Foxconn junto con el periodista lograron obtener mejores condiciones de trabajo, siendo designados para el departamento de inspección de control de calidad. En este sector se les permitía 10 minutos de descanso cada 2 horas de trabajo. El periodista no podía soportar la rutina y salió de la fábrica el día 10.
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